

La censura en los videojuegos, como en el cine, la televisión o cualquier otro arte(porque no lo olvidemos, aunque sea denostado y no merezca ese calificativo para muchos, los videojuegos pueden considerarse como tal) es algo que no debería existir.
¿Quién no recuerda el revuelo que se montó hace casi una década por el Carmaggedon? ¿ Y la polémica que desató el GTA: San Andreas? Fueron auténticos ataques sin justificación contra el mundo de los videojuegos. Muchos informativos pidieron la censura en los videojuegos, no podían entender que ese “juguete” para los niños, acogiera esa clase de títulos violentos.
Si consideramos a los videojuegos como un medio de entretenimiento de masas, debería tratarse de forma parecida al cine ( no olvidemos que recientemente le ha superado en ingresos anuales) mediante una calificación por edades.
Porque no nos engañemos, aunque hay todavía mucha gente que piense que los videojuegos son cosa de niños, esto no es así y existen títulos como Doom o Crysis con altas dosis de violencia que no pueden ser jugados por niños. De hecho, no están pensados para ellos y al igual que los más pequeños no deberían ver una película violenta , tampoco deberían jugar a un videojuego del mismo estilo.
A la hora de comprar un videojuego para niños, los padres no pueden obviar la clasificación que aplica la Unión Europea y otros organismos como la aDeSe. Están para algo y en este caso, como en cualquier otra forma de cultura, la censura de los videojuegos no es la solución.
Escrito por Carlos Carrasco en Industria
Editado por: Miguel Angel Morales Rodríguez
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